En los últimos años, España ha sufrido un considerable aumento de la siniestralidad laboral en su tejido empresarial. Los datos son contundentes: según la Subdirección General de Estadística y Análisis Sociolaboral (2018), las cifras ascienden a 351.796 accidentes con baja laboral, 2.307 accidentes graves y 282 accidentes mortales. Estos datos estatales pueden extrapolarse al contexto provincial: solamente en la provincia de Castellón, el índice de siniestralidad laboral aumentó un 9’6% entre enero y septiembre de 2018 respecto al año anterior, contabilizándose hasta 5.067 accidentes laborales según el Ministerio de Empleo.
Los números empiezan a generar conciencia entre los empresarios y empresarias, que ya sitúan dicha cuestión entre sus principales preocupaciones. Los accidentes laborales pueden tener consecuencias económicas de gran magnitud: la administración sancionadora, los trámites y procedimientos que las reclamaciones de daños y prejuicios conllevan, las consecuencias penales en las que puede desembocar una mala gestión de la seguridad laboral, entre otras. Los perjudicados, en caso de que se confirme un fallo en las medidas de seguridad correspondientes por parte de la empresa, tendrán derecho a recibir cuantiosas indemnizaciones, lo que hace más necesario que nunca encontrar las mejores coberturas entre todas las pólizas con las que se puede operar. En 2018 se impulsaron multas en la provincia de Castellón por valor de 225.876€, una media de 5.200€ por empresa sancionada. Además, a esto debe sumarse la preocupación por otros aspectos de carácter más intangible como pueden ser los daños en la imagen y la reputación que sufre la empresa, la pérdida de confianza por parte de los clientes, o la influencia directa e indirecta en la producción.
Esta situación pone en evidencia la importancia de contar con los servicios de expertos en materia de consultoría de seguros y gerencia de riesgos a la hora de tomar decisiones empresariales al respecto; profesionales capaces de confeccionar un plan de seguros y de actuación óptimos y eficaces que posibiliten la reducción al mínimo de las consecuencias del siniestro para la organización. En caso de accidente, son muchos los aspectos que deben analizarse antes de tomar una decisión trascendental para la empresa, y solamente a través de especialistas puede realizarse de forma profesional y segura: investigar las causas del siniestro, determinar los procedimientos y trámites que deben seguirse, analizar las consecuencias tanto para los trabajadores como para la empresa y, en caso de poder transferirse al mercado asegurador, encontrar el aseguramiento más apropiado para el riesgo ante el que nos encontramos.
Para frenar el crecimiento de la siniestralidad y minimizar sus consecuencias es imprescindible contar con una buena asesoría aseguradora que proporcione las mejores coberturas para cada situación, así como que las organizaciones interioricen, integren y mejoren de forma continua la gestión de riesgos como un componente más de la organización. De esta forma, las empresas podrán prever y actuar correctamente y de forma planificada frente a los hipotéticos riesgos con los que se puedan topar en su actividad laboral diaria.
Entre los sectores más afectados por el aumento de la siniestralidad laboral se encuentran la industria manufacturera, la reparación de vehículos, la construcción, el transporte y el almacenamiento, siendo estos dos últimos los ámbitos con más accidentes mortales. A nivel geográfico, Baleares y Castilla-La Mancha son las comunidades autónomas de España con mayor número de accidentes con baja entre septiembre del 2017 y agosto del 2018, según el Instituto Nacional de Seguridad y Salud en el Trabajo.
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